Vamos con la review, que ya son horas. Un poco más y la saco el día 15, pero es que la invo stefarine ha mermado mis neuronas. Si me permitís, un consejo: NUNCA hagáis una tesis sobre algo en lo que Stefan tenga parte, con la tortura semanal del capítulo es dosis suficiente, believe me. No contribuyamos a la saturación de las consultas de Psicología y Psiquiatría, que la Seguridad Social bastante mal está. Procedamos.
Al día siguiente de la fiesta de la jet de Mystic Falls, Elena ya despierta en la cama da vueltas a las cagadas que se manda últimamente. Se levanta, coge el móvil (una vez que Damon se despidió en el 3×11, llamó a AT&T pidiendo uno nuevo porque el osito diabólico le tiró el que tenía por la ventana en un arrebato), y sin mensajes, ni llamadas perdidas, ni whassaps, se enfrenta a la cruda realidad: la gente tiene mejores cosas que hacer que tenerla en palmitas. O lo mismo cogió el teléfono para usarlo, aunque me gusta más la versión de forever alone temporal. Y hablando de eso, pasamos a Stefan (podría haber tardado en salir o ni siquiera aparecer), que se encuentra sentado en una silla pensando qué escribir en su diario. Horror, lo sé, ahora sí que el rippah is gone definitivamente. Puedo darle una sugerencia si no se le ocurre nada: “Olvidado diario (se ve que al no tener dentro la foto de Katherine, ya no le interesaba tanto): Le dije a Elena que no quería sentir porque sólo tendría dolor. No es que no sea cierto, es sólo que no especifiqué que sería debido a que Damon ocupará el lugar que un día fue mío. La juerga con la Rebe no es más que otra piedra en el camino, que si lo de la muerte de Jeremy se arregló, esto es como aguas de borraja que se las lleva el viento. Además, ya se puso celosa en la hoguera, mejor me voy haciendo a la idea y llamo a Katherine, que ella sí pasa de Damon de verdad y me dice cosas bonitas de verdad de la buena”. Quizás lo de la perra es elucubración mía para que con un poco de suerte tenga más de una página en la invo de la 3, pero lo demás seguro que lo piensa. El Iphone vibra y se trata de la Gilbert dando por saco desde bien temprano. Stefan está en modo “quiero estar con mi mierda a gusto” y cuelga la llamada. Ella deja un mensaje en el contestador sobre que tienen que hablar, que es importante. ¿Otro gato se ha caído? Lo más probable es que continuase con la cantinela del sentir y a Stefan no le apetece escucharlo. Normal, Elena es muy pedante a veces.
Total, que como este churri no se lo coge, llama al otro, very Katherine btw. Le da al nº1 de la marcación rápida y Damon descuelga desde su señora cama, donde aún sigue la Rebe echando una cabezadita. Esta escena podrían haberla hecho de otra forma, por ejemplo, que sonara el móvil, Damon sobado no atinara a cogerlo y la Rebe le propinara una patada supersónica que le lanzara a propulsión como muestra de su cabreo por despertarse. Al parecer, Elena había saturado la red llamando toda la noche por la conciencia remordida que tenía (10 veces es ser plasta hasta el extremo, vamos, yo a la 3ª abandonaría comprendiendo que pasan de mi face). Damon le dice que ha estado ocupado y ella se imagina que se pegó una cogorza de aúpa, que también es verdad porque en el Grill se pilló un buen pelotazo, pero desde luego que en el concepto de “estar ocupado”, a Elena no se le pasa por la cabeza lo que realmente sucedió. No problem, no tardará en descubrirlo para el descogorcie de la audiencia. Ante el áspero comentario de Damon, ella tiene el cuajo de dar la vuelta a la tortilla alegando que si está cabreado con ella, lo tiene que superar. Tócate los pies, Manola, creo que tenemos a la Kate Austen chunga del 4×04 reencarnada. Damon afirma que lo ha superado y cuelga, con lo que habría molado que dijera: “Espera un momento, no cuelgues”, le pasa a Rebe que, imitando a la tía del Anda ya, le suelta: “Hola princess, no veas lo que te pierdes por ser una estrecha… mmmmmmmm”. Por la respuesta de él, Elena sabe que tiene que presentarse ipso facto en la casa.
De camino a la puerta, Damon y la Rebe acuerdan que no transluzca su affair a la vez que nos asombramos de las dotes de costurera de la original, puesto que su vestido está perfecto tras los arrancamientos que sufrió. Temblad, modistos de Milán y Nueva York, ha llegado la Revolución de la Aguja. Bueno, de la aguja no sé, pero de la Petrova… Elena se queda contrariadísima cuando llega a la puerta y ésta se abre sus ojos con la imagen de Damon descamisado y la Rebe con los pelos medio revueltos y zapatos en mano. La cara de Elena supera con creces a la de Stefan en el sueño del 2×04 (la del típico retortijón que dan las judías con chorizo cuando llevan caducadas 2 semanas), que aquí se traduce, como luego dice Damon, igual que si hubiera visto disparar a un oso panda. Sus sinapsis neuronales se colapsaron más que el ordenador de “Juegos de Guerra” cuando inicia los ataques ficticios y peta en un fundido a blanco. La Rebe sonríe leve pero maliciosamente mientras se va y la mirada que Elena le echa es de “¡Cacho pedazo de perra, esta deja a Katherine a la altura del betún!”. Tengo que decir que la bitch lo habría clavado en este momento, pa qué engañarnos. Por más que me repateara que tuviese tanta suerte, esa es capaz de dejar seco a Damon en toda la face de la otra y decirle que cuando quiera, repiten. Brutal hubiera sido, pero nos conformaremos con lo que hay. Damon en principio tiene una expresión de desconcierto: “Esto no tendría que estar pasando”, aunque al contemplar la reacción de Elena ya no le parece tan mala idea y es una especie de “¿A que no te lo esperabas?”.
Por supuesto, a continuación viene la consecuente bronca, empezando con: “¿Has dejado de tomar verbena?”. Para mí que esta chica se dio un golpe de pequeña y a veces salta con estas cosas, porque sino no le veo explicación. Damon es muy Viva la Pepa, no sé de qué se extraña y añadamos que estaba rebotadísimo, así que el hecho de que la Rebe intentase matarla podría pasarlo por alto puesto que era una razón justificable debido a la traición del 3×09. Además, que peor hubiese sido salir a hacerse el suicida y matar a quien le auxiliase como sucedió tras la muerte de la nefasta de Rose. Esta cría nunca está contenta con nada. El caso es que Damon no quiere darle mucho bombo al tema, pero ella erre que erre en pleno ataque celosítico, (por toda la cola que traerá el asunto, es probable que estuviera en mitad del túnel con los ovarios del tamaño de una pelota de golf), y pregunta que si la cosa a partir de ahora será que cada vez que hiera sus sentimientos, arremeterá contra ella de esa forma. Hombre, yo elegiría una guaya con la mano abierta que es un método que a Elena le gusta bastante emplear, así pagaría con la misma moneda. No obstante, por no darle el gusto y sí más disgusto, Damon afirma que por una vez ha hecho algo que no tiene nada que ver con ella. Le dejaremos aunque eso cae por su propio peso, ya que estaba resquemorado por lo sucedido en el baile y de ahí se fue a emborracharse al Grill, propiciando su encuentro con la Rebe. Entonces Elena le cuenta lo del hijatricidio de Esther y que al estar todos conectados en red, no solamente el jula implosionará, sino también Elijah. Con lo que no contaba ella, no sé por qué, es que a Damon le importase un reverendo pepino que este muriera y entonces decide probar suerte con la bipolar, que quieras que no ha habido entre ellos algo más que la notita amigable esa para aunarse en contra de Klaus. Visto lo visto, a Elena hay que explicarla la diferencia entre “rollete pa defogarse” y “requisitos mínimos para entrar en la pequeña lista de vivos y muertos de Damon” a lo Coco en Barrio Sésamo. La muerte de Klaus es el objetivo y lo que eso conlleve es lo de menos, por lo que advierte a Elena sobre que no meta las narices y es apoyado por Stefan, que para una vez que tiene que aparecer antes de tiempo, no lo hace. Sé que oyó la conversación entera, pero nunca está demás que vea esas caras de “mordedura en el culo por un cangrejo” que pone Elena últimamente. Frustrada ante la oposición de los hermanos, se va echando mixtos por la puerta empujando a Damon y haciendo que parte del whisky que tenía en el vaso se cayera al suelo (encima de orgullosa, se está volviendo de un maleducado…).
En la casa original, Elijah descubre la savia quemada por su madre para evitar que oyeran sus planes. Kol empieza a tocar las narices a su hermana nada más llegar. Que si toda la noche fuera, que espera que no fuera con Matt, y ella le amenaza con hacer que lo próximo que salga de su boca como no se calle serán sus dientes. Se merecía esta contestación: “Pues ha sido con el que te lanzó por los aires y te partió el cuello, lo hemos estado celebrando” y pronto se le borraba esa facha de flipao. Klaus, que está con sus manualidades artísticas, (matadle ya, seriously) acaba acompañando al hermano ante su insistencia de irse de farras y empinar un rato el codo. Elijah entra con el cacho de savia y le habla a la Rebe de que esto se califica con la frase favorita de Papuchi, la de la misma palabra repetida 3 veces. Ella no le da más atención porque entre que lleva un millar de años muerta y que siempre ha sido de aquella manera… que lo mismo el emo del Finn sabe algo. Sin embargo, a Elijah no le sirve puesto que éste siempre ha odiado su condición y cualquier triquiñuela extraña, la taparía. Rebekah no desconfía en absoluto de las intenciones de su madre y cree a pies juntillas eso de “Una madre es para 100 hijos”.
Pasamos a otro capítulo de “Las Petrovas también se chinan”, donde Elena sigue soltando la mierda que la está corroyendo. Le dice a Bonnie, quien a su vez intentaba hacer el experimento de la savia, que Damon se enorgullecía de haberse acostado con la Rebe. Tampoco yo diría que es enorgullecerse pero sí trollearte a pierna suelta, que si ya lo hace sin que digas nada, pues imagina cuando lo haces y para colmo con chorradas como lo de la verbena. En esta ocasión lo del spell de privacidad no funciona, y Caroline entra para informarles que oye alto y claro todo lo que ha dicho de Damon. Lo intentan de nuevo porque quizás en lugar de un hilillo de humo que echaban las hojas, debía de ser como lo del Botafumeiro de Santiago de Compostela. La bruja dice que Esther ha contactado con ella y su madre para que se le unan en lo que preparara. Elena pregunta que por qué no se lo dijo desde el principio en lugar de permitir que despotricara, y Bonnie responde que era por no preocuparla. Teniendo de referente esa mini charla en el coche sobre el beso, no habría estado de fuera de lugar que le dijera que iba a contárselo aunque como la vio tan exaltada, decidió posponer la noticia y echarse unas risas interiores a su costa. Luego, Elena vuelve a mencionar el cargo de conciencia con Elijah (no me parece mal, pero que lo tenga con Elijah y no con Damon… tela marinera). De nuevo, Caroline avisa de dos cosas: que continúa enterándose de todo y de que nada de changar el spell, que Esther es la que maneja el cotarro y la responsable de lo que suceda. Esa misma noche, coincidiendo que es luna llena, se realizará el hijatricidio.
Damon comienza el festejo por la muerte de Klaus echando un trago al zumo de fresa con mora. Invita a su hermano con otro vaso, y este alega que esperará a que tener la seguridad de que está muerto de verdad. No tiene mucho sentido que Stefan esté con la cara hasta el suelo con lo bien que ha estado la plantada que le han hecho a Elena (sí lo tiene porque cuando no tienes otro geto, es difícil ponerlo), y en vista de que se buscará la mañas para detener a Esther, Damon aconseja a su hermano que hable con ella puesto que a él no le hará caso. Stefan, para no perder la costumbre, argumenta que eso es culpa suya, por la canita al aire que se ha echado con la tía que desea verla bajo tierra (no es la única, Katherine también pero mientras no haga acto de presencia, no cuenta). Oh sí, eso es lo peor de lo peor, mucho más que lo del Wickery, ¿verdad? Me pregunto qué excusa se habría sacado Stefan de la manga esa desgastada que tiene por la sonadera de mocos que se está dando si hubiese sido cualquier otra tía. Damon, cansado de tanta tontería a su alrededor, le dice que le ha hecho un favor, así puede ir corriendo a que caiga rendida a sus pies, y el otro que nah, que está mejor sin él (olvidémonos también de las miradas de biutre acechadoras en el baile, por supuesto), y segurísimo mejor que sin Damon. No se le acaban los dardos envenenados, no. Aún no me entra en la cabeza cómo en todas las ocasiones que ha tenido, Damon no le ha puesto los ojos en el cogote, con la de subnormalidades que nos habríamos ahorrado… y por lo pronto, seguro que más vendrán debido al régimen sanguíneo que está retomando al dejar intacto el vaso que Damon le había traído.
Elijah busca a Elena en su casa para llevarla al bosque, que resulta ser el sitio donde él vivió antes de que se hiciera la luz. Llegan a unos cacho pedruscones, los cuales pertenecen a una cueva en la que él jugaba de pequeño cuando su familia se escondía de los werewolves una vez al mes. Elijah nombra a su madre, que si ella decía que tenía que haber un equilibro y viendo el curso en el que puede desembocar esto, Elena se quiere ir a casa, pero el original es más listo (probablemente siempre sospechó algo porque la forma en la que ella contó que no pasaba nada era demasiado cantosa) y le espeta que no se esperaba que le mintiera en su cara. Lo sabe por la velocidad de los latidos del corazón, que se aceleran cual coche de F1 en una recta y finalmente la Gilbert canta la Traviatta. Elijah dice que hay algo que ha aprendido durante su existencia y es que se debe tener cuidado con lo que se desea, es decir, como quería la muerte de Klaus, por esta complicación, se va a encontrar en un aprieto importante: encerrada en la cueva de túneles.
Damon le comenta a Alaric por teléfono que Elena está missing y Ric hace el apunte de que le extraña que haya tenido tiempo de llamarla con todo lo de la Rebe, lo cual sorprende a Damon (en realidad, a Elijah también tenía pensado Elena contárselo para que le diera dos azotes en el culo a su hermana, pero la mandó demasiado rápido para las catacumbas). Sin embargo, del ataque de conciencia de la chica no parece saber nada y al estar ocupado con la parienta del Wesley, le pilla un poco mal ir a hacerse cargo de que Elena no la líe metiendo sus zarpas. Claro, éste como ya tiene un encame potencial para qué preocuparse por el resto. Siguen sin pistas sobre la persona que le atacó ya que su herida estaba medio curada y si no recuerda nada es posiblemente por el compelling así que blanco y en botella qué tipo de criatura ha sido. El jula junto a Kol se aparecen detrás de Alaric y se anticipa en aclarar que no desconfíen de la familia nueva del pueblo porque puede ser un asesino en serie de los de las pelis de sobremesa de Antena 3. A mí no se me había ocurrido que fuese ninguno de ellos, en nada le habría bajado los aires de grandeza.
En la casa encantada, Bonnie y Abby se reúnen con Esther y Finn para ultimar los detalles. Esther les hace saber que son descendientes de la bruja Ayana y que sacará poder de todo el linaje Bennett, siendo ellas como un enchufe a la corriente eléctrica (a ver si con un poco de suerte, las descargas las electrocutan).
Elena camina entre los túneles y se topa con su amiga Rebe, que está haciendo de segurata para que no escape, y en ese caso, matarla. Esa orden le dio Elijah, quien se encuentra poniendo al corriente a los Salvatore de lo que pretende: que detengan a su madre cortando la conexión a lo bruto para que no pueda llevar a cabo su propósito. Por cortar a lo bruto se entiende que tiene que matar a las renegadas Bennett y adiós el chiringuito.
Volvemos a las grutas, donde la Rebe le está haciendo el video pertinente a Elena para su álbum de víctimas (Stefan no sólo contó su aficción a Klaus, y además esta decidió darle un toque grafico, o bien porque al tener una cantidad de muertos mayor, se liaba con los nombres y de esta manera, les rememoraba). Comienzan una charla donde Elena dice que ella debe creer que se lo merece por lo que la hizo (bueno, a mí no me lo has hecho e igualmente creo que un escarmiento no te viene mal) pero se excusa en que no sabía que la madre quería cargárselos a todos. No lo sabrías al principio, sí desde el momento en que lo dijo y accediste a colaborar, que a pesar de no ser una solución resistirse justo ahí, lo habría sido el hecho de previamente quedarte quietecita en casa haciendo calceta y no plantarte la mesa camilla y los joyones en la mansión klausiana. Rebekah no está para calentarla mucho puesto que pasar sus últimas horas con la que le apuñaló literalmente por la espalda no es su plan preferido, así que mejor echamos cremallera y nos sentamos.
En el sótano, Stefan se sigue debatiendo en beber una bolsa y Damon llega para informarle de que a unas malas, en lugar de matar a Bonnie y su madre, pueden dagar a Elijah para que el resto quede fuera de juego. Stefan tiene dudas sobre el efecto que tendrá en Klaus, que tampoco entiendo que no recuerden que por ser híbrido, las dagas no le hacen nada. No obstante, como lo que tratan es de impedir que Elijah dé la orden a su hermana, si está inconsciente ninguno podrá hacer nada y Elena seguirá viva. Así que su intención es darle la daga a Alaric para que sea él quien se encargue por aquello de que solamente los humanos podían hacerlo sin morir. El profesor le dice que siguen los chuletas en el Grill y para que sea más fácil la estrategia, Damon manda a Carol para distraer a Klaus, quien a su vez no se toma nada bien que su hermano habla sobre ella y le amenaza con arrancarle el hígado. Otro que también va a practicar lo de marcar territorio meando alrededor de alguien. Cuando la rubia pasa a su lado, se hace la sueca, Klaus la saluda e invita a tomarse una copa con ellos. Ella lo rechaza y se va, haciendo que el jula suba un escalón más en su particular ruta del patetismo por ir detrás suya. En la calle, casi le atropella un coche (la DGT americana debería hacer campañas para incitar a los conductores a acelerar cuando le vieran y dejarle como un cromo) e intenta que Caroline le de otra oportunidad para llegar a conocerle. En principio, ella se resiste aunque acaba accediendo mitad por el plan que traman, mitad porque tienen que meter el utópico klaroline con musiquita de los siglos XVII o XIX de fondo. Se sientan en un banco y Klaus quiere que le hable de sus esperanzas y sus sueños, algo que en tiempos de Jane Austen le habría granjeado el babeo de su interlocutora y una boda en dos semanas, pero en pleno 2012 consigue desencajar las mandíbulas de los espectadores por la cutreza del personaje. Caroline le dice que es demasiado inteligente como para que le seduzca (permíteme poner tu inteligencia en duda desde el momento en que te metiste en la manta con Tyler) aunque eso precisamente es por lo que a Klaus le gusta.
En “El sofrito II”, Esther y Finn continúan con los preparativos del spell, que consistirá en revertir la transformación, o sea, les convertirá humanos y luego matará al papanatas inmolador haciendo que el resto también muera incluyendo Klaus, que al ser un werewolf normal y corriente, puede morir perfectamente. Abby se sorprende que el hombre se ofrezca tan voluntariamente, pero considerando que él se avergüenza de su condición, ve el hijatricidio como un regalo en lugar de un sacrificio.
Pasamos a otro Disfuncionelson intentando ligar penosamente. Kol se acerca a Mederith mientras juega al billar y le pregunta su nombre, pero esta le mete un tajo. Al igual que su hermano mayor, no quiere pillar las directas que le echan y se presenta. Entonces la doctora deja de ser medianamente sutil y le dice que se pierda pero eso no hace más que acrecentar el interés de Kol (para mí que este es hermano total del jula, ese gen idiota tiene que ser del pringao que se enrolló con la madre). Alaric interviene y el niñato pasando del tema hasta que Ric le clava la daga, logrando que los demás en sus lugares caigan al suelo para echarse una siestecica. Lógicamente, a Klaus no le sucede nada e inquiere de Caroline, que lo más seguro es que ni siquiera supiera de qué iba el asunto, al recibir solamente instrucciones de ponerle ojitos al primaveras, evitando que este pudiera obligarla a soltar la lengua. A toda prisa, Klaus entra al bar a por Kol y pilla a Damon, Stefan y Alaric llevándoselo. Va a por ellos y noquea al profesor y a Stefan, dejando a Damon para el final aunque de esta forma se entera de los planes de su madre. Elijah aparece para impedir que le mate puesto que necesitan que rompan el conducto de poder que usará Esther con las Bennett. Debido a esta salida del manual, Elijah presiona a Damon para que diga dónde se encuentran o sino llama a la Rebe estará deseosa de ponerse manos a la obra antes de tiempo.
Hablando de ella, se despierta y comprueba que Elena ha huido en el intervalo que ha estado en off. Va mirando por todos lados y diciendo que desista de esconderse porque por muy chungo que tenga el día, siempre le será fácil encontrarla. A todo esto, Elena se pega una leche y gracias a eso, la bipolar la agarra por detrás pero como están donde los dibujos rupestres, Elena entra a la zona reservada para humanos porque no me trago que el supuesto cabezazo que le da a la Rebe haga que se caiga y consiga zafarse de ella.
Mederith lleva a Alaric a su casa para mirarle las heridas del porrazo que le metió Klaus y él se quiere ir a buscar a Elena. Ya claro, ahora se acuerda de que tiene que ejercer de padre y no cuando Damon le aconsejó que la encerrara en casa para evitar males mayores. La matasanos le convence de que se quede descansado, que ya los Salvatore se encargarán de ella (al estar recién llegada a la serie, no conoce lo inepto que es su marido).
De camino a la casa de las witches, Damon y Stefan hablan sobre que si no es ese lugar donde se hará el sofrito, están de mierda hasta el cuello por tener únicamente 10 min para impedir que la Rebe lleve a cabo su venganza. Saben que al cargarse a las Bennett, Elena les odiará para los restos, así que a Damon se le ocurre echarlo a suertes con una moneda para que sea solamente uno de ellos quien lo haga. No sabemos si sale cara o cruz hasta más tarde.
Para poner el ambiente un poco más caldeado, a la Rebe le da por rociar con gasolina la parte donde se encuentra Elena, para que salga si no quiere ser pasto de las llamas o sino, pues se asará a la parrilla. Asustadísima, la Gilbert le pregunta que si está loca (a estas alturas eso sobra, además del hecho de haberse pasado casi un milenio junto al jula llorón, no es para que mantengas tu cordura precisamente), aunque a Rebekah le gusta calificarlo más de ser espontánea, que por eso probablemente le gusta tanto a Damon. Desde luego que a Elena la están viniendo palos por todos lados y no sabe cómo vadearlos. Es lo que tiene cuando empiezas a soltar mierda sin venir a cuento y el karma te la devuelve. La original enciende la cerilla y prende el fuego, mientras graba a Elena con el móvil como posible recuerdo de sus últimos momentos para desorinarse posteriormente. No la culpo. Lo que pasa es que ahora que se ve con el agua al cuello, Elena comienza el juego psicológico alegando que la de los últimos momentos será ella porque es su madre la que la quiere matar, y que todavía lleva su collar, bla bla… La Rebe se cabrea y no quiere migajas de compasión, por lo que enciende otra cerilla. Hora de sacar la artillería pesada: “No vas a hacerlo”, dice Elena empleando a fondo su Petrova fire. La otra pregunta que por qué y Elena responde que aún existe una pequeña oportunidad de que sobreviva y que si la mata, se habrá vengado y fuera. Que si realmente su objetivo es la venganza de la buena por haber fingido ella que le caía bien y luego puñalada trapera en la espalda, esa debió ser la razón por la que se acostó con Damon, puro desquite. Y ahora la ha estado atormentando por herir sus sentimientos. Ojo, lo del tormento es por lo que está pasando en la cueva, no lo de la noche anterior, que de entrada la propia Rebekah fue la que propuso que nadie se enterase. Si Elena no los pilla, lo de la venganza como tal es relativo puesto que no se habría enterado. Pero aprovechando que lo sabe, más a su favor que tiene para trollearla.
Los 3 hijos de Esther se presentan para interrumpir lo que trama aunque no sirve de nada porque ella está dispuestísima a mandarles para el other side. Klaus, que no está para gaitas, la amenaza con matarla otra vez como no pare, pero a ella le da lo mismo por lo que ha tenido que observar en estos 1000 años, Elijah incluido, por muy noble que sea también ha derramado sangre. Las Bennett se escondieron dentro del sótano de la casa y allí se encuentran a los Salvatore, quienes dan el ultimátum de que o paran la emisión de poder o ellos mismos se encargan de fundir los plomos. Bonnie le dice a Stefan que aunque las mate, Esther igualmente las seguiría canalizando y entonces es cuando él afirma que la única forma de changarlo es haciendo que una de ellas deje de ser bruja y acto seguido, Damon desde la retaguardia chuta a Abby y la retuerce el pescuezo. Automáticamente, el riego se le corta a la reina madre y el pelota suicida de Finn se la lleva a lo Superman ante la mirada atónita de sus hermanos.
Rebekah libera a Elena y le cuenta que han transformado a la madre de Bonnie, dejándola un poco pasmada, que traducido significa que mentalmente se está cagando en Damon y preparando una peta impresionante porque sabe que ha sido cosa suya con lo propenso que es a lo de las conversiones para remediar sacrificios. Esta era la única manera de interrumpirlo por no poder compatibilizar ser un vampiro y una bruja, pero da lo mismo, la mierda pa Damon siempre, que tiene montado un estercolero ya. Finalmente, la Rebe le da la razón con eso de reservarse para una tortura en condiciones que satisface mucho más. Veremos entre esta y la Sage, Elena no tendrá tiempo ni de rascarse la nariz, qué awesome.
La madre de Bonnie está en casa de Caroline en plena transición, y Elena va a visitarla pero la rubia le aconseja que mejor no entre, no sea que en una java de estas la hija le electrocute con un rayo de los del Emperador Palpatine. Que aunque todo fue por salvarla, siempre es la que sale perdiendo. Sí bueno, lo de la abuela y lo de la madre, pero vamos, ni que a Elena no se le hubiera muerto nunca nadie, que durante un breve espacio de tiempo, hasta que el emo fue resucitado, su único pariente “vivo” era Katherine. Bah, me da lo mismo, lo que importa es que el Bamon está a la altura de la fosa de Las Marianas, el resto es secundario como poco, que se trata de la bruja revenida.
Damon se está lavando las manos (no sé por qué se quita el anillo para esto y luego le ves a Ian en todas las entrevistas con él, yo pensé que se le había adherido al dedo) cuando Stefan llega y dice que Elena está a salvo. Entonces, nos enteramos que la moneda no salió en contra de Damon, sino que era a Stefan a quien le tocaba pringar. Desconcertado, pregunta que por qué fue él quien transformó a Abby (es lo que suele pasar cuando no haces más que tratar como el culo a la gente, que no esperas que te hagan favores), y la respuesta de Damon es que se ha dado cuenta de que está tratando de volver a ser el de antes y dejarse de rippismos y zumbadas al máximo nivel. Lo ha deducido por la cantidad de años que lleva soportándole y lo del vaso de sangre y después por no beber una sola gota de la bolsa de antes. Según parece, Stefan lleva sin chutarse desde lo del puente (¿qué dije yo de que no me creía eso de “Ya no me importa lo que pienses de mí, Elena”?… Dick) y como tendrá bastante por lo que sentirse culpable por aquello, para qué añadir más cosas a la lista (y dale, si a él le da morbo lo de la culpabilidad, no deberíamos privarle).
Hallándose descubierto, Stefan no puede quedar por debajo y suelta la puntilla de que a pesar de que Damon fingiera que pasaba de Elena por el cabreo que tenía, sigue queriéndola (cuidao chaval, que has descubierto América… no sabía yo que eso podría ser igual de un día para otro) y ahora llega el momento que en Damon se rinde puesto que pensaba que sería capaz de ganársela limpiamente pero cree que ella no le quiere. Pobrecico, más penica que me da, que sólo le tocan las perras y las siesas… Tú no te preocupes, que esa va a morder el polvo, y aquí estaré para trollear cada cagada que haga.
Elijah se despide con una carta que deja en casa de Elena donde le pide disculpas por lo que ha hecho pero que lo hizo por proteger lo que más valora, su familia y que ella puede entenderlo. Le dice que su compasión es un regalo, que la lleve con ella (y que la desprenda con Damon, porque quedársela para sí, como que no, ya mismo quiero verla en acción junto con las súplicas de perdón o saco la garza).
En la mansión de los originales, Elijah le reconoce a su hermana que Esther tenía razón, que cuando lo ha necesitado, ha matado, atormentado y hecho lo que fuera, como lo de usar la mala baba de la Rebe con Elena para lograr su objetivo. Obviamente, la rubia no lo siente y al no interesarle muchos estos flagelamientos se va a ver a Klaus, que está tan despechadísimo con Caroline que está quemando el book de retratos que le ha hecho. No hombre, haberlos guardado y luego cuando tu padawan regrese, se los enseñas, para que te los meta por el culo, les prenda fuego y ya nos libremos de ti always and forever. Rebekah decide ajuntarle porque aunque se cargó a la madre, ha sido el único que no la ha nominado para abandonarla (vamos a ver, pero fue quien te clavó una daga y te tuvo encerrada 90 años por preferir a Stefan. Eso debería contar, no sé). Luego le enseña la grabación de Elena para mostrarle que los dibujos de la pared de detrás tienen algo bastante curioso: un grabado que data de 300 años después de que ellos quemaran el árbol de roble blanco y cómo lo adoraban los nativos. Es decir, que lo reemplazaron y la cosa empieza a ponerse interesante.
En casa de la Devitto, Alaric se despierta y va a por pirulas a la cocina. Ve un expediente con el nombre de Bill Forbes y excarvando se topa con uno de los cuchillos usados en los ataques a los miembros del Consejo. Oye el gatillo de una pistola y voilá, Mederith está frente a él apuntándole. Tras un “Se suponía que no debías ver esto”, dispara a quemarropa y así nos quedamos durante un mes.
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